Esta entrada se la debo a Juan Calderín, una persona muy generosa y desprendida con la que intercambio colecciones.
Creo esta contraportada es de las menos conocidas aunque salga en las cajas y latas. |
Compartí ya hace una temporadina la propaganda que venía en periódicos y suplementos a partir de los años 50. Parece lógico que si una parte de consumidores eran los jóvenes, se insertara también en los cómics de la época, que hasta no hace tanto llamábamos tebeos.
Tanto destinados claramente a las muchachas, como a los chicos, así como a ambos, ahí estaba la publicidad de nuestro producto estrella.
Siempre ha intentado que los niños lo perciban como un producto agradable no sólo al paladar, si no también como el polvo de cacao que los niños y los que ya no lo somos, asociaremos con cariño con nuestra infancia.
Esto lo ha logrado los anuncios insertados en los tebeos, los de radio y televisión, así como los productos que voy subiendo al blog, los regalos, no siempre para niños, también ha habido para la familia o las madres y padres.
Lo que queda claro, y así creo lo percibe la mayoría de público consuma o no, es que transmite la sensación de energía, crecimiento, alegría, esfuerzo con recompensa y todo ello sin perder el sabor y la seguridad de que nos presentan un producto sano y energético en el que se confía desde generaciones.
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