Tenemos la suerte de tener el campo cerca. El silencio y la paz eran maravillosos. Cuando los niños comenzaron a salir, se crearon "los caminitos de la felicidad" por todas partes. Era precioso. Tengo montones de fotos, aún quedan piedras, entre las hierbas, en el agua, en algunas casas, me consta, Yo tengo dos, una que recogí el último día, cuando ya todos podían salir libremente y otra que encontraron mis hijos hace poco tirada en el río y me la trajeron.
En todo este tiempo, no he tenido, por salud, muchas ganas de sentarme a poneros nada referente a las coles, he recopilado información y va siendo hora de compartir algo. De momento, os dejo los botes con los motes, que también los hubo de regalo , como promoción a famosos y conocidos, y no tanto y por supuesto el las gracias a los esenciales. Todos sabemos quiénes son, aunque algunos se llevan las medallas de otros ya buen entendedor, sobran palabras. Gracias a todos los que habéis de una u otra forma ayudado y arrimado el hombro!
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