Tenemos claro que su propaganda escrita está por todos lados. Hoy dejo una pequeña muestra de finales de los sesenta. Las palabras sobran.
El lema "Del alimento de la juventud" era su consigna.
Niños altos, guapos fuertes, sanos y sobre todo deportistas. No sé muy bien si el Cola cao que yo tomaba no sería caducado, porque lo de alta nada, lo otro bueno, pero lo de deportista ya ni por asomo. Quizá me compraban otro y ,e lo ponían en su bote? jajaja, es posible.
En esa época, la fábrica más moderna de Europa estaba en sus manos y en las nuestras el humeante sabor de la leche, en mi caso de la de teta de vaca sin añadidos artificiales, en el tazón de porcelana, blanco, lleno de sueño y de calor en el invierno y por supuesto, con el Cola cao.
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